Empresa privada plantea invertir $4,5 mil millones en dos puertos y un tren de carga
Grupo desempolva plan para construir canal seco
Plan incluye construcción de puertos en cada litoral y dos vías férreas para el trasiego de mercancía
Convertir a Costa Rica en un canal seco para el trasiego de la mercancía proveniente de Asia vuelve al tapete.
Esta vez fue un grupo de inversores de capital nacional y estadounidense denominado Tren Interoceánico Continental S.A. (Tico), el que desempolvó el proyecto, del cual se viene hablando desde la década de 1970.
La diferencia es que en esta oportunidad existe el respaldo financiero y técnico de grandes conglomerados multinacionales.
La estabilidad social y económica y las buenas condiciones que ofrece el relieve nacional para realizar la obra fue lo que llevó a los inversores a ofrecerle al Gobierno efectuar la obra en Costa Rica, dijo Rafael Esquivel, socio costarricense del proyecto.
El objetivo de esa sociedad, destacó Esquivel, es que se le permita desarrollarlo mediante la figura de “concesión de obra pública por iniciativa privada”.
Ese modelo le permite al capital privado proponer temas que considere indispensables para el desarrollo y el aumento de la competitividad del país.
De ser catalogado como de interés público por parte del Poder Ejecutivo, entonces se le permitirá al grupo proponente elaborar los estudios de factibilidad para gestionar la construcción mediante concesión.
Ahora le corresponderá al Consejo Nacional de Concesiones (CNC) emprender el estudio de la obra para determinar si le da la declaratoria de interés público.
La decisión deberá ser tomada por los ministros de Hacienda, de Planificación y de Obras Públicas y Transportes, el presidente del Banco Central y tres representantes de la empresa privada que forman la directiva del CNC.
La inversión estimada en el canal seco es por el orden de los $4,5 mil millones sería la más grande jamás ejecutada en el país.
Solo en su construcción la firma proponente estima que requerirá al menos de 10 mil operarios.
La iniciativa llamó la atención de las empresas Fomento de Construcciones y Contratas, S.A., grupo español dedicado al mercado de la construcción, así como de los bancos J.P. Morgan y BCIE.
Este proyecto toma como base un estudio de prefactibilidad elaborado en 1989, al cual se le realizaron algunos cambios más de índole de protección del ambiente.
La obra promueve la construcción de un megapuerto en el Pacífico, que de acuerdo con los estudios preliminares debería situarse en Descartes de Guanacaste, así como otro en Parismina que servirán de centros de acopio de la mercancía.
Ambas megaestructuras serán unidas por dos vías férreas de 300 kilómetros, cuyo trazado esquiva las cordilleras. El punto más alto que tocará el tren estará a 200 metros sobre el nivel del mar.
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